sábado, 10 de octubre de 2009

PASEÍCO MAÑO

Este poema representa una especie de “pique” que tuve con un fraile agustino, que tuve la satisfacción, mejor dicho, el placer de conocer el Verano del 2007 en Zaragoza.
La anécdota cuenta que una noche, ya un poco tarde no nos apetecía salir a pasear y éste me dijo que, con “mi permiso” él salía a pasear con mi señora y mientras, yo le hacía un soneto sobre su paseo. No deja de ser curioso escribir un poema sobre un acontecimiento que no has vivido.
El caso es que al final ni dimos ni dieron dicho paseo, a pesar que “mi consentimiento”, pero yo al día siguiente tuve el gusto de dedicar a ese agustino un poema sobre tan estupendos días pasados en la citada ciudad.





PASEÍCO MAÑO




Ese paseo que ayer no dimos
Por la noche de la hermosa Zaragoza,
Nazario, un servidor y la mi moza,
No voy a asumir que lo perdimos.

Hemos de regresar a donde vinimos,
Lugar que el paso del Ebro goza,
Montados en esa humilde carroza
En que Nuévalos, con vos, conocimos.

Hoy iremos a visitar La Aljafería.
Tío Teódulo será, esta vez, la melodía
Que, de palacio, nos muestre sus secretos.

Ayer: La Pilarica, La Seo, Santiago,
Monasterio de piedra, especulares lagos,...,
Quiero hablar más pero acaba el soneto.

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